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Modelos de Psicología Positiva Aplicada

       Sin duda, ésta es la sección que más interés despertará tanto en los profesionales de la psicología como en la gente que quiere a la Psicología Positiva como modo de potenciar su felicidad. Como hemos dejado entrever en otros apartados, la opinión y los consejos acerca de cómo ser feliz y potenciar nuestro bienestar psicológico, llevan, no siglos, sino milenios proliferando a diestro y siniestro. Es por ello que la Psicología Positiva provee un enfoque diferencial, ya que a través de ella no hablamos desde las opiniones de Aristóteles, Platón o Comte-Sponville, ni tan siquiera desde la experiencia de décadas de trabajo como psicólogo de mucho de los autores de libros y consejos de este tipo: este campo desarrolla Modelos de Psicología Positiva Aplicada, muchos de ellos derivados de los hallazgos en las áreas de Psicología Básica y Psicopatología, y desde ellos propone técnicas que son sometidas a la experimentación científica, y si éstas son validadas como eficaces, permanecen. Si no, se descartan.
En todas las ciencias siempre existe un escalón bastante amplio entre las áreas teóricas y aplicadas: no suelen ser los mismos profesionales los que diseñan los modelos y experimentan con ellos y los que diariamente trabajan con las personas, organizaciones y sociedades. Por ello suele haber un lapso de tiempo considerable entre el descubrimiento de nuevos fenómenos, técnicas o modelos explicativos y la consecuente transferencia de este conocimiento a su correspondiente área de aplicación. Aun con esto, la Psicología Positiva ha tenido un buen funcionamiento en dicho aspecto, quizás debido a la amplia divulgación que está teniendo, porque el sector de la autoayuda se está empapando de lo hallazgos de la disciplina, o bien porque realmente la PsP cubre necesidades latentes de la población global (allá donde haya demanda, se creará la oferta). Como es lógico, esto es una buena noticia a medias, porque si bien es cierto que es fabuloso que los investigadores busquen la aplicación de sus trabajos o estén conectados con los profesionales y puedan aportarles el mejor know how para actualizar su práctica, también lo es que el que se realice la divulgación a través de libros de autoayuda o conferenciantes no especializados, fácilmente derivará en perjuicios más que en beneficios.
Lo que está claro es que dentro de la PsP está habiendo grandes esfuerzos por parte de grandes investigadores, y de eso es lo que vamos a hablar aquí, en dos apartados diferenciados.

a) Principales Modelos de Psicología Positiva Aplicada:

1) Modelo de Ryff: 1989, 1995; Ryff y Singer, 1998:
2) Modelo de las tres vías hacia la felicidad de Seligman (2002)
3) Tª de la autodeterminación de Deci y Ryan (2000):

b) ejercicios y técnicas: aquí podríamos extendernos también mucho, pero quizás sirva simplemente plantear al lector los ejercicios que han demostrado una sólida eficacia en el incremento del bienestar subjetivo de los destinatarios, de un modo mantenido a menos a medio plazo, y en diferentes culturas. A saber:

1.- tres cosas positivas (Three good things)
2.- Expresar gratitud-Carta de gratitud
3.- Autoconocimiento-Investiga qué te hace feliz
4.- Cultivar el Optimismo
5.- Evitar pensar demasiado y la comparación social
6.- Practicar la amabilidad
7.- Cuidar las relaciones sociales
8.- Desarrollar estrategias de resiliencia
9.- Aprender a perdonar
10.- Cultivar el “flow” o estados de experiencia óptima
11.- Saborear las alegrías de la vida
12.- Comprometerte con tus objetivos
13.- Practicar la espiritualidad
14.- Ocuparte de tu cuerpo y de tu “alma” *de la técnica 3 a la 14 son las propuestas por Sonja Lyubomirsky en su libro La ciencia de la felicidad
15.- Practica ejercicio con atención plena (Tal Ben Sahar)
16.- invierte en los demás (Elizabeth W. Dunn, respecto al dinero)
17.- cuida tu aspecto (Tal Ben Sahar)
18.- Pon en marcha tus fortalezas en tus actividades cotidianas (Seligman y Peterson)
19.- Escribe tu legado (K. W. Vopel)

       Para profundizar en estas tareas, parece claro que las personas de referencia son Seligman, Lyubomirsky, Vázquez y Hervás, Csikszentmihalyi, Vopel y Ben Sahar.

       Si quieres saber más, te recomiendo:

Psicología Positiva Aplicada-Nacional:
– Vázquez, Carmelo y Hervas, Gonzalo (2008). Psicología Positiva Aplicada. (Eds.) Editorial: Desclée de Bruwer
– Vázquez, C., Hervás, G. y Ho, S. (2006). Intervenciones clinicas basadas en la psicologia positiva: fundamentos y aplicaciones. Psicología Conductual. 14, 401-432
Psicología Positiva Aplicada-internacional:
– Vopel, Klaus W. (2005). Praxis de la Psicología Positiva. Ejercicios, experimentos y rituales. Editorial CCS.
– Linley, Alex y Joseph, Stephen (2004). Positive Psychology in Practice. Ed. Wiley.

Optimismo

optimismo

La imagen de arriba resume lo que mucha gente entiende por optimismo: verlo todo de color de rosa (particularmente la tempestad). Tenemos la gran suerte de contar con 3 grandes investigadores, que han escrito sendos manuales para clarificar el concepto. Martin Seligman, que desde el 87 trabaja en sus teorías de la causación de la depresión a través del estilo explicativo optimista-pesimista, escribe Aprenda Optimismo. Maria Dolores Avia y Carmelo Vázquez escriben en el 98 Optimismo Inteligente, desde el cual además de enseñarnos en qué consiste el concepto y cómo incorporarlo en nuestras vidas, nos introduce en la Psicología Positiva a través de las Emociones, la felicidad, la esperanza o la resistencia ante el trauma.

Esa capacidad, no para desoír los peligros o las malas noticias, sino para tener esa sensación de que al final se superará lo negativo y a medio plazo, está demostrando ser otra de las grandes fuerzas de la Psicología Positiva, y tenemos datos muy importantes de qué beneficios trae la conducta o actitud optimista:

– capacidad  de influir en el curso de la enfermedad: relacionado con la percepción de autoeficacia. Como afirma Carver en sus estudios del 93 y 94: “el optimismo no lleva implícita la negación de la realidad… Es más, los estudios han mostrado que las estrategias de afrontamiento de problemas que utilizan los optimistas son, precisamente, aquellas dirigidas a enfrentarlos, mientras que los pesimistas tienden a evitarlos”. Se refiere aquí a la diferente estrategia de afrontamiento, donde los pesimistas suelen tender al afrontamiento basado en la emoción y los pesimistas afrontamiento basado en el problema.

– Shelley E. Taylor y su estudio de las ilusiones positivas en enfermos de sida y cáncer correlacionan positivamente con un aumento en la supervivencia comparada con la de aquellos que tenían una visión realista de su enfermedad. Parece bastante lógico, ya que si no tienes claro que tu vida va a mejorar, ¿qué tendencia de acción es de esperar?. El optimismo parece, por lo tanto, una especie de mecanismo motivador autóctono, un flotador que nos protege del posible hundimiento que provocaría el pensar que nuestra vida no va a mejorar.

– favorece una mejora de la salud física y mental. Mejor humor, más perseverancia a la hora de resolver tareas. Determina el modo de hacer frente a los problemas, situaciones estresantes o ambiguas, desafíos, incertidumbres.

Se ha criticado mucho al optimismo, sobre todo en el sentido de que cuando creemos que todo tenderá a la mejoría, sesgamos la realidad a nuestro favor y podemos poner en marcha conductas imprudentes: desatender nuestra salud, conducir temerariamente, invertir dinero sin evaluar previamente. Creo que difícilmente este tipo de ejemplos se pueden considerar bajo la etiqueta del optimismo. El que descuida su salud, por ejemplo, está reduciendo sus posibilidades de perdurar en esta vida, lo cual debe ser la antítesis del que piensa en tener una vida mejor, en tendencia hacia lo óptimo (optimismo). Lo que ocurre con los optimistas, precisamente, es un sesgo de la realidad “autosirviente”, que como en las investigaciones de Taylor en enfermos de sida y cáncer, demuestra que nos sirve para desatender la información que podría implicar un estado depresivo que nos llevaría a dejar de luchar contra la enfermedad activamente y con esperanzas de conseguirlo.

No es que el optimismo sea la solución a todos nuestros problemas, pero ¿lo es el pesimismo?, ¿incluso el realismo?. Si estamos ante una situación de catástrofe, por ejemplo, ¿qué haremos si pensamos que todo va a ir a peor?. ¿Y si creemos que no podemos hacer nada por cambiar (y menos por mejorar) la situación?. ¿Y si creo que puedo ayudar, puedo resolver o aplacar algunas de las consecuencias negativas?.

Existen dos perspectivas a la hora de estudiar el optimismo:

a) disposicional: (Scheier y Carver, 85) expectativas de las personas hacia el futuro (estable y general: ocurrirán cosas positivas). Aunque existen problemas, creen que al final habrá solución y por ello se esfuerzan más. Diseñan el test LOT-R (life orientation test)

test optimimo

– los optimistas afrontan basados en el problema (planificando, reinterpretando positivamente) y los pesimistas son más evitativos. Factor de buen pronóstico en la recuperación de pacientes hospitalizados (bypass) y menos re-hospitalización. Lo mismo con cáncer

– ante el pesimismo: más síntomas físicos y peor estado de salud física  (cita 25 vera)

Se traduce de este modelo la importancia de sentir que tenemos capacidad de control, (versus la indefensión aprendida, cuyos efectos tan negativos conocemos gracias al propio Seligman).

b) estilo explicativo: (Peterson y Seligman, 84), que se definen por 3 características:

1.- personalización o grado en que la persona se considera responsable de un suceso (internalidad/externalidad)

2.- permanencia o grado en que la causa de un suceso se mantiene en el tiempo (estabilidad/inestabilidad)

3.- persistencia (ubicuidad) o grado en que un aspecto de un suceso o de su explicación domina otros aspectos de la vida (globalidad/especificidad)

De acuerdo con esto, diferenciaríamos fácilmente los mensajes de las dos posturas:

Estilo Explicativo Pesimista: “Durará para siempre, lo va a socavar todo y es culpa mía, no hay nada que hacer

Estilo Explicativo Optimista: “Ya pasará, no tiene por qué afectar a mi vida, no ha sido culpa mía, puedo manejarlo

Profundizando en estas dos lecturas recomendadas veremos como, desde los hallazgos científicos, para nada se considera el Optimismo como la panacea y algo a usar en cualquier momento. Por ejemplo, Seligman deja muy claro que el pesimismo es conveniente a la hora de hacer inversiones económicas y por ejemplo si ejerces la abogacía tradicional (si planteas la peor de las posibilidades, puede que a tu cliente le indemnicen en mayor medida).

¿Quieres saber más?

  1. Lista de reproducción de vídeos de Optimismo
  2. Aprender Optimismo: ejercicio ABCDE